La madre de Heath y Lukas era alta, no demasiado, pero esbelta y con una melena del color del carbón oscuro larga, hasta casi la cadera. Me pregunté si tal vez Heath había salido a su padre. Tan sólo me bastó una mirada de Helena, de un gris tan sobrecogedor como el de Lukas para cerciorarme de que Heath podía haber pasado por un completo desconocido en cuanto a aspecto.
- Bienvenida, Rose.- Se acercó un poco a mí y me instó a acercarme a ella. La seguí como si estuviera hipnotizada pero con la certeza de que esta vez era por voluntad propia. Creo.- Espero que te sientas cómoda en el trayecto a tu nuevo hogar.
- ¿Nuevo hogar?- Apenas podía tragar.- Esto…bueno, esto tiene que ser un error. Se han debido de equivocar.
- Eres Rose Darling.- No era una pregunta. Asentí.- Tu mentor en este momento y desde la muerte de tus padres es Pete Darling.- Volví a asentir ahora con más inseguridad por el hecho de que aquella mujer supiera mi vida. Prosiguió.- Tienes problemas y un trauma relacionado con el incendio que provocó la muerte de tu padre y del que misteriosamente saliste ilesa.
- El incendio no provocó la muerte de mis padres.- La corregí.- Fueron asesinados delante de mí. Y no pude hacer nada así que no me lo eche en cara.
- No te estoy echando en cara nada. Tan sólo estoy leyendo tu `` currículum vitae ´´ - Siguió con una sonrisa amable en los labios. Mi ataque no le había afectado.- Bueno, supongo que lo primero que debes hacer es firmar. – Me acercó un pedazo de tocho con miles de hojas. Si tenía que ponerme a leer, iba apañada. Por lo visto vio mi expresión y soltó una leve carcajada.- Tranquila, Rose. Es la historia de tu vida, no es necesario que la leas. Ya lo he hecho yo por ti.
Me asomé por encima de las miles de letras que reinaban en el folio lo cual quería decir que era cierto. Alguien se había dedicado a escribir mi vida. En cierto modo, no sabía si eso era bueno, pero me estaba empezando a asustar todo este embrollo. Decidí echarle un vistazo para cerciorarme.
17 de Marzo, 08:02 A.m., año 2008:
Rose sale de casa temprano. Dice que va a ir estudiando por el camino el examen de 4ª hora.
Salté un puñado de hojas.
19 de Julio, 12:32 P.m., año 2008:
Rose acaba de salir de casa para ir a la tienda de Ricco. Ese chico me trae mala espina, es demasiado amable con ella. Debe de querer algo.
10 de Julio, 14:09 P.m., año 2008:
Rose llega a casa con un CD versión extendida de Fall Out Boy. Dice que se lo ha regalado Ricco por su ayuda. También ha soltado un ``todo el mundo debería ser como él ´´. Definitivamente, o el chico quiere algo o es demasiado generoso como para vivir en Long Beach.
Vale, estaba clarísimo que mi tío Pete había escrito todo esto. Sólo él podría estar controlando las horas punta en las que salía de casa. A donde iba. Qué hacía. Incluso cuál era mi ánimo en el momento. Dejé de leer y levanté la vista del papel para ver que todos los que estaban en la sala me miraban expectantes. Entonces me acordé de lo de la firma.
- Oh. La firma.- Mientras me apresuraba a firmar, alguien soltó un bufido. Supuse que sería Lukas.
Una vez estuvo todo el papeleo resuelto (una sola firma), para algo que aún no me había explicado, Helena me hizo sentarme en una silla en medio de la sala, mientras ella se colocaba frente a mí, y los demás se acomodaban a mi alrededor. Parecía a punto de decir algo cuando la puerta del cuarto se abrió estruendosamente. Helena puso cara de disgusto.
- Adelante Lucy.
Entró una chica de unos veinte años, tal vez más joven, pero aparentaba el doble de edad que Helena, aunque cualquier persona la aparentaría. La chica, con unos vaqueros cortos, unas chanclas y una camiseta verde, con el cabello recogido en un moño, iba cargada con dos enormes maletas y dos cajas. Cuando traspasó el umbral, se tropezó con la moqueta y calló de morros al suelo. Ninguno se levantó a ayudarla.
Me incorporé un poco y finalmente me acerqué a ayudarla a recoger los trastos del suelo, que poco después descubrí que eran mis cosas. Mi ropa, mis zapatos, mis libros, mi Ipod… La miré un poco asustada. Ella se rió de su torpeza haciendo caso omiso a mi mueca.
- Oh, lo siento. Siempre olvido que hay moqueta. Se va tan cómoda que apenas se nota.- Se sacudió un poco la ropa.- Soy Lucinda Pack, pero llámame Lucy. – Me extendió la mano y cuando fui a estrechársela, la apartó súbitamente.- Será mejor que no lo hagas. La última vez que alguien me estrechó la mano murió electrocutado.- Me envaré pero ella esbozó una leve sonrisa.
- Lucy, la próxima vez limítate a llamar a la puerta.- Gruñó Helena. Ahora realmente parecía una madre enfadada. Lucy se inclinó levemente como modo de disculpa y se dio la vuelta para salir de la habitación afligida y sin decir nada.
Me giré y miré a Helena con un poco de miedo, pero ésta ya había recuperado la compostura y su cara mostraba de nuevo una mueca amigable, como si Lucy no hubiera aparecido en la habitación.
- Bueno…- Me instó con la cabeza a que me sentara de nuevo en la silla. Tome asiento con velocidad, no fuera a ser que alguien la interrumpiera de nuevo.- Rose, ahora eres oficialmente una alumna del St. Silver Academy. Para que comprendas bien lo que te está ocurriendo, tan sólo tendrás que saber qué eres. Eres un Delphos.
- ¿Un qué?- Interrumpí. Al instante me arrepentí, pero ella pareció tomárselo bien. Anabel y Heath sonrieron.
- Eres un mutante.- Soltó Lukas.
Le miré asustada. Eso era mentira. Yo no era normal, era rara. Pero…¿un mutante?
- Lukas. Cuando quiera que hables, ya te lo pediré yo.- Le reprendió su madre. Lukas me miró envenenadamente, como si yo hubiera sido la culpable.- Rose, todos somos Delphos. Somos una especie de raza en peligro de extinción. Por eso murieron tus padres. Belikova quería que tus padres te entregaran. Ellos se opusieron.
- ¿Qué querían de mí? Soy normal. Soy…- Tenía ganas de llorar. Últimamente lo hacía muy a menudo. Y eso se significaba que me estaba volviendo blanda. Me prometí a mí misma que sería fuerte.
- Rose, el incendio no lo provocaron ellos. Lo provocaste tú.
Shock. Así me encontraba yo. Estaba pero no estaba en esa habitación. Era extraño ver como en realidad, todo lo que estaba diciendo Helena, cobraba sentido ahora. El cigarro incendiado. El dolor de cabeza posterior…Fue exactamente el dolor que sentí cuando mi casa empezó a arder.
- Rose, todos nosotros tenemos una especialidad.- Señaló a Heath.- Él fue capaz de localizarte con solo ver un foto tuya. Por eso se chocó contra ti en aquella calle, todo estaba preparado.
- No fue un accidente…- murmuré.
- No era mi intención caer encima tuya y que te quedaras inconsciente. Sólo tenía que cruzarme contigo, pero el suelo estaba escarchado y no soy nada bueno en los deportes.
- Lukas,- ahora le miró a él.- él es el que maneja todo aquello que tiene que ver con el hielo. Por eso siempre es tan frío.- Lukas levantó una ceja en respuesta.- Yo, Rose, soy capaz de privarte de todos los sentidos si así me place. Y bueno, tú… Creo que ya sabes lo que eres. Un Delphos del fuego. El más ancestral de todos.
Sonreí. Tan sólo pude decir una cosa.
- Guay.
5 de septiembre de 2010
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4 comentarios:
Sinceramente, me ha encantado.
Hace tiempo que empecé a leer la historia pero, como se me había olvidado, la he vuelto a leer. Me da la sensación de que has retocado parte de la historia. Enhorabuena por tus capítulos. Son alucinantes.
Genial!
Ya llevaba tiempo esperando a que sacaras el siguiente, pero claro, en verano todos vamos un poco más a lo loco... xD
En fin, muy bueno el capítulo ^^
Muchísimas gracias a las dos. Me hace muchísima ilusión que me comenteis los capítulos.
:)
wowwww estaba esperando de verdad que subieras capítulos y con qué me encuentro cuando voy hoy y logeo?? has subido 3 desde que entré la última vez!! buah esto ya me ha alegrado el día. No falta decir que me encanta esta historia, siempre te lo digo, es genial, y cada vez es mejor a mi parecer! Sigue así, aquí tienes alguien que siempre va a leer cualquier cosa que escribas xD
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